Un libro de poemas magníficamente ilustrado por Javier Andrada. Un libro para primeros lectores con 30 poemas sobre diferentes niños de todo el planeta. A cada poema se le dedica una doble página ilustrada.
Juego de niños
Al corro de los colores
los niños del mundo juega.
Al corro de los colores,
sin importar las banderas.
Negros, blancos, amarillos,
pieles rojas y mulatos,
felices pasan el rato
entonando este estribillo.
Al corro de los olores
los niños del mundo juegan.
Al corro de los olores
que de todas partes llegan.
A clavo café y tomillo,
a curry y a hierbabuena,
a menta, anís y canela,
a madreselva y membrillo.
Al corro de los sabores
los niños del mundo juegan.
Al corro de los sabores
que todos girando prueban.
Bolas de nata y vainilla,
pasteles de chocolate,
fresas, cocos y aguacate,
pan, aceite y mantequilla.
Al corro de los amores
los niños del mundo juegan.
Al corro de los amores
sin importar las fronteras.
Derechos del niño
El derecho a que te quieran,
a que te coman a besos,
a ser un poco travieso
y a poder ir a la escuela.
Derecho a dormir tranquilo,
a que curen tus heridas,
a tener agua y comida,
y una casa o un asilo.
A querer muchos amigos,
a que te abrace mamá,
y a que te haga papá
cosquillas en el ombligo.
Derecho a poder jugar,
a que te tengan en cuenta,
a que te abran las puertas
de la solidaridad.
Tienes derecho a soñar,
a jugar y a sonreír.
En resumen, a vivir
y a que no te traten mal.
Nana del niño marinero
Duérmete mi niño,
que la mar te mece.
Duérmete tranquilo
y sueña con peces.
Duérmete mi niño,
que en el puerto espera,
amarrado, un barco
lleno de sirenas.
Duérmete mi niño,
para que mañana
se cumpla tu sueño
de redes y escamas.
Duérmete mi niño,
niño marinero,
que la mar en calma
acuna tus sueños.
Ea, ea, ea,
no me llores más.
Duérmete, mi niño,
que la noche está
poniendo mil ojos
a la oscuridad.
Ea, ea, ea,
ea, duerme ya,
que al niño piel roja
su padre le hará
penachos de plumas
y un bello carcaj.
Ea, ea, ea,
ea, calla ya,
que si te duermes,
mamá te dará
muchos abalorios
para tu collar.
Ea, ea, ea,
que se durmió ya.
“Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”
(Malala Yousafzai)
Niños sin escuela,
sin risas, sin juegos…
Niños de la calle
que siempre tuvieron
por cama, la tierra
y por colcha, el cielo.
Niños, solo niños,
que nunca tuvieron
quienes les contaran
en sus noches, cuentos.
¡Niños de la calle,
niños sin un techo,
abrid vuestras alas,
emprended el vuelo,
y en los blancos muros
de todos los pueblos,
pintad arco iris
que sean mensajeros
de un mundo con libros
y caminos nuevos!
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