Ungerer emigró a Estados Unidos en los años 50 huyendo de la guerra. Colaboró en New Yorker, Life, Harper.'s Bazar y otras importantes revistas de la época.
En sus primeros álbumes infantiles, los protagonistas eran los animales: la boa Críctor, Rufus el murciélago, Adelaida la cangura, Orlando el buitre, el pulpo Emilio... Ya se veía su estilo gráfico singular y su sentido del humor. Sus historias siempre tenían que ver con la superación personal y el vencimiento de los obstáculos.
En los años 60, se fue a Canadá, porque en Estados Unidos tuvo problemas con el puritanismo americano cuando empezó a publicar obras eróticas como Fornicon o Kamasutra para batracios, además de hacer carteles contra la guerra del Vietnam o contra el racismo.
Desde hacía cuarenta años, vivía felizmente en Irlanda con su familia. Estuvo algunos años alejado de la literatura infantil, pero después vovlvió a ella publicando libros maravillosos como Ningún beso para mamá, El ogro de Zeralda, El hombre luna; Otto, autobiografía de un oso de peluche (superviviente del Holocausto), El hombre niebla, Nuevos amigos (este sobre un niño africano)...
Ungerer recibió muchos premios a lo largo de su vida, entre ellos el Hans Christian Andersen de 1988, el Nobel de la literatura infantil; así como la Legión de Honor francesa.
En Ínsula Zagalia queremos homenajear a este gran creador.
Bibliografía:
- Millán, Julia, "Adiós a Tomi Ungerer", Artes y Letras-Heraldo de Aragón, miércoles, 21 de febrero de 2019, p. 3.
- Tomi Ungerer, official website, https://www.tomiungerer.com/
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