sábado, 19 de marzo de 2016

La colección "Ajonjolí", de Ediciones Hiperión

El ajonjolí es una semilla rica en beneficios y propiedades cardiosaludables, gracias a su contenido en ácidos grasos esenciales. Es una planta herbácea que pertenece a la familia de las Pedaliáceas, la cual puede alcanzar un metro de altura. También se llama alegria y se caracteriza por poseer unas flores llamativas, de colores blanco-rosáceos.


Con el nombre de ajonjolí se conoce también a su semilla, conocida también con el nombre de sésamo (del latín, sessamum), originario de la India y África, donde tiende a ser muy utilizada para espesar y dar sabor a una gran diversidad de platos.

Pero en LIJ, "Ajonjolí" es el nombre de una colección de poesía infantil que edita Editorial Hiperión. Así que las dos palabras, ajonjolí y sésamo, están vinculadas a la literatura: la primera, por la colección que acabamos de citar y la segunda... Sí, lo habéis adivinado: por el cuento de Las mil y una noches, el de "Alí Babá y los cuarenta ladrones": ¡Ábrete, Sésamo!

Por cierto, la Editorial Hiperión nació en 1976 con la edición de la novela Hiperión o el eremita de Grecia (1797-99), del poeta y narrador alemán Friedrich Hölderlin (1770-1843). En la mitología clásica, Hiperión es uno de los titanes nacidos de la unión de la Tierra, Gea, y Urano, el Cielo. Y hace un tiempo esa editorial es la que decidió crear la colección Ajonjolí, de poesía para niños, que se ha convertido en todo un clásico de la LIJ.

El catálogo de Ajonjolí tiene, a fecha de marzo 2016, 77 títulos. ¡Y los que vendrán! Si quieres verlos...
Algunos títulos destacados:

2. Antonio A. Gómez Yebra, Versos como niños.
4. Fernando Aramburu, El librillo.
6. José A. Ramírez Lozano, Pipirifauna.
8. Eugenio de Andrade, Aquella nube y otras. Trad. de Jesús Munárriz.
9. Juan Bonilla, Multiplícate por cero.
10. Carlos Murciano, Un ave azul que vino de las islas del sueño.
12. Carlos Reviejo, La canción del grillo.
19. Mª Carmen Díez Navarro, Caperucita Roja y los 40 ladrones.
20. Vladimir Mayakovski, ¿Qué está bien y qué está mal? Trad. Carmen Marín.
21. José Ángel Cilleruelo, El circo de Gustavo.
22. Ángela Figuera Aymerich, Cuentos tontos para niños listos.
23. Ángela Figuera Aymerich, Canciones para todo el año.
24. Jesús Munárriz, Disparatario.
29. Carlos Reviejo, El sapo y la luna.
33. Rosa Díaz, El abecedario de Julieta.
37. Carmen Gómez Ojea, La canción de los meses.
40. Regino Etxabe, Adivinancero.
41. Carlos Murciano, La bufanda amarilla.
José Ignacio Sanz, Piccasso me pica.
María José Jabato, Yo, mí, me, conmigo.
etc.

Terminamos esta entrada con un poema de Juan Rejano, miembro de la Generación del 27 que acabó, como tantos otros españoles, en el exilio mexicano. Es un poema que pide paz y... ajonjolí.

La rueda de la paz
A la rueda 
del pipirigayo.
Niños de la tierra, 
unid vuestras manos.
A la ruda rueda 
del ajonjolí.
Unid vuestras manos 
para no morir.
A la rueda rueda 
del miramelindo.
Si la guerra viene 
morirán los niños.
A la rueda rueda 
que no rueda más.
Paz para los niños.
Paz.
(La rueda significa aquí el corro infantil formado por niños que dan vueltas cogidos de las manos y cantando. Los niños son las víctimas inocentes de los niños. Por eso el poeta pide paz en su nombre. Pipirigayo, ajonjolí y miramelindo son tres clases de plantas que se citan aquí por su sonoridad, intensificada por la rima.)

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