domingo, 24 de abril de 2016

"Mini y el gato", de Christine Nöstlinger


En Mini y el gato (Mini und Mauz), Christine Nöstlinger habla del amor a los animales, en concreto a los gatos domésticos. También se toca el tema de la vejez y la muerte y de la necesidad de la solidaridad: todos nos necesitamos. Y por supuesto, la importancia de la familia en la que todos se quieren y se ayudan, aunque no siempre piensen lo mismo sobre todas las cosas.

Mini es la protagonista de una serie que cuenta con varios títulos como: Mini va a la playa, Mini va al colegio, Mini detective, Mini es la mejor, Mini en Carnaval, Mini va a esquiar, Mini ama de casa, Mini y su nuevo abuelo...

Christine Nöstlinger nació en Austria, en 1936, es una de las escritoras con más éxito de la literatura infantil y juvenil. Todos sus libros giran en torno a vivencias y problemas que puedan acontecer a los niños actuales pero siempre enfocados desde el más sencillo y tierno humor, alejándose de los dramatismos y las penas gratuitas. En 1984 se le concedió el premio Hans Christian Andersen, el mayor galardón internacional para los escritores infantiles. En 2003, ganó el premio Memorial Astrid Lindgren, junto con Maurice Sendak.

La ideología de Christine es claramente liberal y progresista, por lo que chocó y choca con la sociedad a la que dirige sus libros. Sus puntos de vista sobre las relaciones familiares, la escuela y la educación, las relaciones entre jóvenes —desde la amistad al erotismo—, la marginación y la intolerancia, la liberación de la mujer, etc., son temas que todavía hay educadores que consideran que no son adecuados para jóvenes lectores. Sin embargo, nadie discute sus cualidades literarias, ni su papel innovador en la tendencia realista de la literatura infantil, que en sus manos se convierte en realismo crítico, con influencias claras de Thomas Mann; por lo tanto, en esta autora se ve muy claro cómo el Bildungsroman (novela de aprendizaje) se transforma en cuento de iniciación. Su lenguaje es sencillo, lleno de humor y ternura, con el fin de atraer y atrapar a los lectores.

Todas estas cualidades se ven muy bien en la serie de Mini.

"Los batautos", de Consuelo Armijo


Consuelo Armijo (1940-2011) fue una narradora de literatura infantil y juvenil de largo recorrido. Ganó el premio Lazarillo y el premio Barco de Vapor, además de otros muchos galardones. Con Los batautos (1974) inició una serie que tendría continuidad en otros títulos: Más batautos (1978), Los batautos hacen batautadas (1981), Los batautos en Butibato (1986), ¡Hasta
siempre, batautos! (2004). Son también obras suyas: El pampinoplas (1979), El mono imitamonos (1984), Aniceto el vencecanguelos (1986), En Viriviví (1988), Sérase una vez (1997), Caminos sin trazar (1998), Marabato (2002)…

La obra está publicada en la colección Barco de Vapor color azul (a partir de 7 años), con magníficas ilustraciones de Margarita Menéndez. Los batautos más famosos son: Peluso el listo, Buu el tontito, Gusi el perezoso y Erito el cascarrabias son, junto con el sabio y bondadoso -aunque un poco despistado- rey don Ron. Peluso decide ir a dar un paseo, el más largo de su vida, y le ocurren muchas peripecias.

Un libro lleno de humor, muy próximo a la literatura del absurdo y el nonsense —tan grato
a los británicos desde la época victoriana, con Lewis Carroll y Edward Lear a la cabeza—, que refleja las aventuras y desventuras de unos peculiares personajes, los batautos.

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jueves, 21 de abril de 2016

"Las brujas", de Roal Dahl


Una historia entretenida, protagonizada por un niño al que las malvadas brujas convierten en ratón. Todo salpicado por ese humor corrosivo e irreverente característico de Dahl, más los impagables dibujos de su amgio Quentin Blake, que una vez más hace de cómplice de página.

Fantasía, humor, crueldad, intriga... Todos los elementos característicos de Roald Dahl en esta, una de sus más famosas obras, junto con Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate, Cuentos en verso para niños perversos, Los Gremlins, El gran gigante bonachón, James y el melocotón gigante...

De la obra, de 1983, se hizo una adaptación al cine, protagonizada por Anjelica Huston.





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miércoles, 20 de abril de 2016

"Cuentos en verso para niños perversos", de Roald Dahl


En este libro de versos magníficamente traducido por Miguel Azaola, el escritor galés de ascendencia noruega Roald Dahl da la vuelta a los cuentos tradicionales. De hecho, su título en inglés habla de eso, Revolting Rhymes, Cuentos repugnantes, asquerosos, repulsivos. El libro está ilustrado por el dibujante de cabecera de Dahl, Quentin Blake, con el que colaboró muchos años, un magnífico ilustrador que ganó el Hans Christian Andersen de ilustración por sus trabajos, un amigo del escritor.

En fin, una maravilla divertida, donde veremos cambiar los finales de Caperucita, Blanca Nieves, los tres cerditos, Rizitos de Oro... Una obra de amena lectura, entretenida e instructiva. ¡Y algo gamberra! A Dahl le gustaba la transgresión, la "deconstrucción" como se dice en posmoderno. Le gustaba presentar lo repelente desde un punto de vista atractivo, buscaba escandalizar y moralizar al mismo tiempo.



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miércoles, 13 de abril de 2016

Nos visita Geneviève Patte


El jueves, 14 de abril de 2016, aniversario de la Segunda República Española, nos visitará en el Salón de Actos de la Facultad de Educación, la bibliotecaria y promotora de LIJ Geneviève Patte.

Para no perdérselo.

Y aprovechamos para recordar que la Segunda República española realizó un fantástico plan de promoción de las bibliotecas en los pueblos de España, detrás del que estaban personalidades tan relevantes como la aragonesa María Moliner. Además, también fomentó como nunca antes en este país la escuela, creando muchísimas escuelas, con su programa de Misiones Pedagógicas, y también impulsó la presencia en los pueblos del teatro, con compañías de tanto renombre como "La Barraca", en la que colaboró Federico García Lorca.

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viernes, 8 de abril de 2016

"El librillo", de Fernando Aramburu


Fernando Aramburu (San Sebastíán, 1959), licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza, ha publicado muchos libros de poemas (Ave sombra, Materiales de derrubio, Sinfonía corporal, Mateo, El tiempo en su arcángel, Bocas del litoral) y de prosa (El artista y su cadáver, Bruma y conciencia...).

Aquí traemos su poemario El librillo, publicado en Madrid, Hiperión, 1995 (Col. "Ajonjolí", 4).


Bú en las encías
Boca chupitona
dale cascahueses
que con tete y trapo
no cerezan dientes.
Y si no cerezan
pues que sí cerecen.
Blandas lagartijas
bajo los laureles.
Largas, chupitonas,
quita que te muerden.
Neni a su cajita
hasta que cerece.
Boca chupitona
dale cascahueses
que con tete y trapo
no cerezan dientes.

Gargarita
Apa abela
a coge labrigo
a coge ñanán
a gorro gorrito
a puerta na calle
abela abelito
ñañán ena boca
enen vestidito.

Gárgara del escaparate
Caballito de madera,
¿quién te comprará
con dineros
de verdá?
Yo no te puedo comprar,
caballito bonito
de jugar.
Yo no te puedo montar,
caballito lejano
del mar.
Tengo mocos castellanos;
mami pone de cenar
paisajes templados.
Y cuando me haga alto, alto,
tendré como papá
tu relincho de caballo,
tu cansancio de tirar.

miércoles, 6 de abril de 2016

Hipérbaton: cuando el orden lógico se vuelve loco

He aquí un ejemplo canónico de hipérbaton: un soneto de Lope de Vega, incluido en la comedia El capellán de la Virgen, en el que se burla de la sintaxis latinizante y el gusto de los culteranos por el hipérbaton:

Inés, tus bellos ya me matan, ojos,
y al alma, roban pensamientos, mía,
desde aquel triste, que te vieron, día,
no tan crueles, por tu causa, enojos.

Tus cabellos, prisiones de amor, rojos,
con tal, me hacen vivir, melancolía,
que tu fiera, en mis lágrimas, porfía,
dará de mis, la cuenta a Dios, despojos.

Creyendo que de mí no, Amor, se acuerda,
temerario, levántase, deseo,
de ver a quien me, por desdenes, pierde.

Que es venturoso, si me admite, empleo,
esperanza de amor, me dice, verde,
viendo que te, desde tan lejos, veo


Incluimos también otro curioso soneto paródico, tomado de La Dorotea, en el que Lope escribe a un amigo (por supuesto, en verso) diciéndole que se ha vuelto gongorino:

Pululando de culto, Claudio amigo,
minotaurista soy desde mañana;
derelinquo la frasi castellana,
vayan las Solitúdines conmigo.

Por precursora, desde hoy más me obligo
al aurora llamar Bautista o Juana,
chamelote la mar, la ronca rana
mosca del agua, y sarna de oro al trigo.

Mal afecto de mí, con tedio y murrio,
cáligas diré ya, que no griguiescos
como en el tiempo del pastor Bandurrio.

Estos versos, ¿son turcos o tudescos?
Tú, letor Garibay, si eres bamburrio,
apláudelos, que son cultidiablescos.



"Pipirifauna", un libro de poesía de José A. Ramírez Lozano


José A. Ramírez Lozano, nacido en 1950, es profesor, poeta y narrador. Ha publicado varios libros y ganado muchos premios (como el Juan Ramón Jiménez de poesía). Entre sus obras destacamos:
  • Gárgola, novela (Madrid, Cátedra, 1985, premio Azorín).
  • Flos sanctorum, novela (1981, premio Ateneo de Valladolid).
  • Titirimundi (1987).
  • La gran oca (1990), premio Ciudad de Valencia.
  • La historia armilar (1991).
En Pipirifauna (Madrid, Hiperión, 2007, colección "Ajonjolí", 6) encontramos una poesía que es puro juego lingüístico, una fauna alocada y creativa, dibujada por un autor que garabatea palabras al modo infantil, despreocupado del sentido o la moraleja y atento principalmente al efecto sonoro o rítmico del lenguaje. Es una vuelta al sentido lúdico de la palabra, al azar gozoso de cantar, contar y decir. Y rimar. Poemas de gran puericia que invitan a gozar y reír. 

Las tres tortugas
Para Tortugal
pasan las tortugas.
Para Tortugal
con un tortugués
que cuenta tortugas:
una, dos y tres.
¿Para Tortuqué?

La vaca
Vaca se escribe con ubre

La oca
Esta oca está loca
se equivoca
se equivaca
se equichoca
se equifoca
se equitonta
se equicaca
y cuando juega a la Oca
hace mil trampas y dice
que tira porque le toca.

El ciempiés listo y el torpe
Era tan listo el ciempiés
que nunca se tropezaba.
Torpe     era       piescién
          tan        el
tropezaba        con
                   que          él.

Don Cuervo
Mira don Cuervo,
no sabe cómo estrenar
su traje negro.
—Dime, paloma,
¿te quieres casar conmigo,
linda buchona?
—Qué dices tú,
¿casarme yo con un primo
de Belcebú?
Pobre don Cuervo,
siempre le toca estrenar
en los entierros

Rata
¡Quién dijo rata!
¿Ratas en la catedral?
Esta rata es una errata.
¿Ves que le falta una pata
y se come las minúsculas
y se esconde tras las letras
mayúsculas del misal?

domingo, 3 de abril de 2016

"Alfabeto sobre la literatura infantil", de Bernardo Atxaga


Este libro del escritor vasco Bernardo Atxaga, Alfabeto sobre la literatura infantil, Valencia, Media Vaca, 1999, está a medio camino entre el estudio teórico y la narrativa. El autor va reflexionando sobre la LIJ en un relato que se presenta como un cuento.

Atxaga insiste en que la literatura infantil debe "pesar" por el lado de lo literario más que por el adjetivo "infantil". No basta con catalogar a los niños como gente inocente o ingenua para darles cualquier cosa. Recuerda que los niños, como los adultos, no son todos iguales.
"nada de literaturas efectistas y excesivamente infantiles; nada de llenarse la boca con la palabra niños. Que perezcan esas ideas" (pp. 16 y 17)
Evidentemente, no es lo mismo una obra para adultos como el Ulises de Joyce que otra para niños como el Peter Pan de Barrie. Y es que existe eso que los teóricos llaman lector implícito.


Atxaga va comentando conceptos fundamentales de la LIJ y, al tiempo, citando autores y libros fundamentales: Alicia en el País de las Maravillas, de L. Carroll; Las mil y una noches; Wilhelm Hauff; Washington Irving; Pinocho, de Carlo Collodi; Michael Ende; las fábulas de Esopo, La Fontaine, Iriarte y Samaniego; Augusto Monterroso; los hermanos Grimm; Afanasiev; Los papeles del club Pickwick, de Dickens; Kafka; Sartre; Camus; Edward Lear y sus limericks; Zazie en el metro, de Raymond Queneau.

Alicia se pregunta en el libro de Atxaga: "¿De qué sirve un libro si no tiene dibujos diálogos?" Y el escritor responde:
"La respuesta es: no sirve de nada si de un libro para niños se trata, porque los diálogos y los dibujos son en este caso una consecuencia directa de esa presión a la que nos acabamos de referir [la del lector implícito]"
Atxaga comenta que el escritor siempre busca llegar a su lector, por eso el autor de LIJ hace narraciones llenas de diálogos y con pocas descripciones y sitúa su relato "en una isla voladora o en el País de Cucaña".

La LIJ siempre ha fluctuado entre lo fantástico y lo pedagógico. Por ejemplo, en el siglo XVIII Madame Geulis escribió:
"¿Qué libros daremos a los niños? ¿Qué deben hacer ellos hasta cumplir los 15 años? ¿Deberán leer acaso libros de magia o Las mil y una noches? Jamás daré ninguno de ellos a mis hijas e hijos. No hay en esos libros ni rastro de enseñanza moral. Sólo hablan de amor. Y las historias de príncipes y princesas enamoradas son malas, porque los niños se conmueven con lo maravilloso y su memoria se llena de jardines maravillosos y de palacios construidos con diamantes. Las imágenes fantásticas dan ideas falsas a los niños" (pp. 44 y 45)
También aparece a veces el humor, pues como dijo el crítico francés Roland Barthes, el gag, el humor, libra al poema de su manía poética, es decir, de su efectismo, de su exceso cargante y empalagoso. Atxaga recuerda los chistes de Jaimito, que elogia porque son relatos en pequeño y crea sentido narrativo en el niño. También nos ofrece un limerick:
"Había un anciano en Santa Cruz
que de cinco colores tenía la testuz;
gastaba todos sus dineros
comprando pinturas y sombreros,
¡aquel cruel y duro anciano de Santa Cruz!" (p. 74)

Y nos ofrece una maravillosa nana en euskera:
     "Bonbolontena, nere laztana
Ez egin lorik bausan:
aizterixtuak eamango zaitu
Erbia zeralakuan."
     ("Pequeño mío, cariño mío,
No te duermas en el bosque,
o un cazador te llevará
creyendo que eres una liebre").
Dice Atxaga que la bibliografía de nanas es muy abundante en el mundo anglosajón, donde poetas famosos como Auden o Hughes incluyen incluso nursery rhymes en sus antologías de poesía. Pero en España no sucede lo mismo, a pesar de que hay casos como el de Gabriel Celaya, que publicó una antología de canciones infantiles tradicionales.

En resumen, un libro delicioso.