lunes, 16 de noviembre de 2015

"Memorias de una vaca", de Bernardo Atxaga


Memorias de una vaca (Madrid, SM, 1992, col. "El Barco de Vapor", nº 72, + 12 años) es una obra imaginativa. Son las supuestas memorias de la vaca Mo, que no quiere ser una vaca tonta y que sueña con ser un caballo. Mo se hace amiga de La Vache qui Rit, que es una vaca salvaje con alma de jabalí. Ambas viven aventuras, se echan al monte, se enfadan... Mo tiene además una voz interior, un ángel de la guarda, El Pesado, que le va diciendo como actuar. Mo vive en el País Vasco, disfruta de los verdes pastos de Balanzategui, se aliena comiendo piensos, toma consciencia de la situación política, con unos maquis echados al monte y un ama, Genoveva, que los ayuda.

En fin, una obra interesante y amena.

He aquí algunos fragmentos:

CAPÍTULO 2 (fragmento)
"Por lo visto tenía que nacer, y acabé naciendo en un bosque del País Vasco a poco de terminar la guerra de 1936. El bosque pertenecía a los terrenos de la casa llamada Balanzategui, y a aquella casa quedé adscrita; allí tuve mi primer establo y mi primer hogar, y allí pasé también la primera época de mi vida, la más importante. Cierto es que no me quedé durante mucho tiempo, (...) sin embargo, mi espíritu sigue anhelando aquel rincón de mundo. Y ¡quién sabe!, a lo mejor este espíritu mío
vuela hacia allí cada vez que me quedo dormida. (...) Yo no seré mirlo ni zorzal ni pájaro de ninguna clase, que bastante más grande y pesada soy. (...)
     Llegaría allí, posaría mis quinientos  kilos como  un  copo de nieve, y luego  desgarraría migarganta con este grito sincero:
     —¡Viva Balanzategui!
     Pero, naturalmente, no tengo alas, y no puedo mover mi cuerpo más que después de plantar  bien   en  tierra   las  cuatro   patas,  y  aun   entonces  con   bastante  fatiga.  Y   esprecisamente por eso, por la fatiga y los achaques de la edad, por lo que no vuelvo a Balanzategui; de  sentirme con fuerzas, mañana  mismo  me  pondría en  camino.  Y, pensándolo bien, hasta con mis achaques me pondría en marcha si supiera a ciencia cierta cuánto tiempo de vida me queda. Si, por poner un ejemplo, me aseguraran que todavía tengo dos años por delante, lo intentaría; despacio y sin prisa, pero lo intentaría. Como dice el refrán:
     Vaca que no lo intenta, o es cobarde o es tonta.
     Yo   no   creo   ser   ni   lo   uno   ni   lo   otro,   y   hoy   mismo   me   encaminaría   hacia Balanzategui si supiera que voy a tener los dos años del ejemplo."
 CAPÍTULO 3 (fragmento)
"De pronto, Gafas Verdes torcióla boca y movió los labios.
     —¡Karral! ¡Karral, karral! —dijo.
     —¿Cómo? —le preguntaron los dos hermanos dentudos desde el tejado
     —¡Karral! ¡Karral, karral! —repitió Gafas Verdes con voz más áspera.
     No le entendía nada. Era evidente que estaba hablando, pero lo que decía era ininteligible para mí. Pronunciaba las palabras de forma muy rara.
     —¿Qué pasa aquí? —me dije sorprendida. Pero no me pude contestar. Aún era una criatura, una recién llegada que ni siquiera sabía que en el mundo existieran lenguas y países diferentes, y que eso era lo que pasaba allí, que aquel hombre de las gafas verdes era   un   extranjero   que   hablaba   mal   mi   lengua.   O   como   hubiera   dicho   PaulineBernardette:
     —Aquí lo que se pasa es Babel.
     A Pauline Bernardette le gusta mucho citar lo de Babel o, mejor dicho, le gustaba mucho hasta que me contó la historia y una objeción mía estuvo a punto de causarle un disgusto.
     —Cierta vez, hace mucho tiempo —comenzó aquel día Pauline Bernardette—, los hombres tomaron la decisión de construire una torre terriblement grande que llegaría al ciel, porque era su deseo ser semejantes a Dieu Notre Seigneur. Y se metieron al trabajo, construyeron una part de la torre con sus picos, palas y azadas, y todo iba très bien, la torre para arriba y para arriba, pero voici que Dieu confundió sus lenguas. De pronto y de seguido, no se comprendían unos a otros, y como no se comprendían entre ellos mismos, surgía la riña y la discorde partout, y a la fin tuvieron que dejar el trabajo,y la torre y todo como estaba, y toda la gente, cada grupo con su nueva lengua, partió para el mundo cada uno a su rincón y país.
     —Una historia preciosa, Soeur. Lástima que sea mentira —le dije yo.
     —¿Mentira? —se espantó la pequeña monja—. Mais, non! ¿Cómo tú dices eso,Mo?
     —Pues sí, mentira —contesté secamente—. ¿Cómo voy a creer que se mezclaronlas lenguas de la gente y pararon las obras? Para hacer una obra no hay necesidad dehablar, basta con trabajar. Si Dios deseaba que la torre de Babel no fuera más arriba,¿por qué no les quitó todos los picos, azadas y palas? De estar yo allí, habría hecho eso, dejar a todos sin picos, azadas y palas, y se acabó la cosa, adiós paredes, adiós escaleras y adiós todo.
     Pauline Bernardette se quedó con los ojos abiertos de par en par cuando oyó mis argumentos, y hasta creí que se enfadaría y me pondría de rodillas. Pero en vez de eso,empezó a andar de aquí para allá en el jardín del couvent, todavía con los ojos de par enpar, y pasó así por lo menos media hora. Luego dijo:
     —Cuando vivía en mi pueblo, en Altzürükü, nuestro vecino Pierre tenía deseo de hacer un muro justo à coté de nuestra huerta. Pero mon père, como no estaba d'accordcon aquel disparate, fue una noche y le quitó la azada, el pico y la pala, y escondió lasherramientas debajo la terre. Alors, fue Pierre y compró otra vez azada, pico y pala. Y mon père, también terco, otra vez los escondió. Y así muchas veces. Al final, Pierre serindió y el muro restó sin construir. Como Babel, la misma cosa. Entonces, de la historia de la Biblia no sé qué yo voy a pensar.
     La pequeña monja continuaba como ida, y aquellos ojos tan abiertos me dieron miedo. Dudaba, toda su fe religiosa temblaba como un edificio que fuera a caerse de unmomento a otro. Y, naturalmente, aquello no me convenía. Si Pauline Bernardette se ibadel convento, yo me quedaba sin alholva y sin alfalfa.
     —Puestos a pensar —comencé entonces—, lo ocurrido en Babel y lo ocurrido enAltzürükü con Pierre es casi lo mismo. Porque, claro, ¿qué pasaba cuando Dios creó losidiomas y dio a cada uno el suyo? Pues que uno le decía al otro «pásame la pala», y éstele pasaba la azada. Y al revés. O que decía un tercero, «traedme un cubo de agua para lamasa», y lo que le traían era un par de picos. Y, claro, así no se puede trabajar. Conque, ya ves, la historia de Babel tiene su razón, más de lo que yo pensaba en un principio
     Enseguida se le pasó el apuro a Pauline Bernardette, y sus ojos volvieron a ser los de siempre, alegres y despreocupados.
     —C'est la verité, Mo! ¡Qué peso me has quitado de encima! ¡Qué alegría! ¡Cómo yo estimo tu ayuda, Mo!" 
Más información:

La cruda realidad de los cuentos: de la tradición popular a la visión edulcorada-Disney

En este vídeo se ve cómo los cuentos populares contienen multitud de asesinatos, violaciones, escenas de canibalismo, incestos..., pero Disney lo transforma todo en una historia dulce y políticamente correcta:

domingo, 15 de noviembre de 2015

Gloria Fuertes y los juegos de palabras


A Gloria Fuertes le gustaba escribir para los niños. A Gloria le gustaban las palabras y siempre hacía con ellas lo que hacen los niños: jugar.

Si quieres ver un ejemplo de juegos lingüísticos, mira esta entrada:

sábado, 14 de noviembre de 2015

"La Cenerentola", una interpretación muy "especial" de la Cenicienta



Los cuentos populares, como toda la literatura tradicional -anónima y colectiva-, "vive en variantes" (según la célebre expresión que utilizó para los romances don Ramón Menéndez Pidal). Y es claro que esas variantes remiten a la ideología del narrador del momento, y también a la sociología del momento. Es decir, que cada versión lleva en sí inserta una visión ideológica de la historia que se cuenta, de los valores que quiere transmitir a los lectores (u oyentes).

El caso de la conocida ópera de Rossini La Cenerentola, versión musicada del cuento de la Cenicienta, es espectacularmente claro: los prejuicios de época hicieron que la escena más célebre del cuento, en la que Cenicienta introduce su delicado piececito en el zapato de cristal, fuese censurada y metamorfoseada en... otra cosa.

¿Quieres saber en qué? Pues haz clic en este enlace y te enterarás de toda la historia:


A vueltas con el canon


Sí, porque vamos a ver... ¿qué es eso del canon, de qué va, a qué alude?

Pues simplemente va de que, cuando elegimos algún libro para que lo lean nuestros alumnos, lo elegimos por determinadas razones, más o menos explícitas, mejor o peor fundamentadas.

Sobre el canon en literatura infantil y juvenil se ha discutido mucho: qué libros debían estar y cuáles no, y por qué, con qué valores-ideas-prejuicios se relacionan los libros incluidos en el canon, cómo ha ido cambiando este a lo largo de la historia...

La palabra canon viene del griego Χανων - regla y tiene que ver también, en el mundo del arte, con la proporción. Los egipcios, los griegos, los romanos... Todos tuvieron una idea exacta del canon de belleza y a él tendían y tienden los artistas.

En literatura, el canon tiene que ver con los modelos dignos de imitación, con el conjunto de obras que se consideran perfectas, clásicas, intemporales.

Básicamente, en las letras, ha habido dos tendencias relativas al canon y lo canónico:

  • la clásica, academicista y seguidora de reglas, preceptos y teorías literarias;
  • y la anti-clásica o romántica, defensora de la libertad y el individualismo, que convierte el arte en una búsqueda personal y casi casi aleatoria.
Ya lo decía don Antonio Machado,  en su célebre "Retrato":

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera 
mi verso, como deja el capitán su espada: 
famosa por la mano viril que la blandiera, 
no por el docto oficio del forjador preciada.


Polémicas aparte, si queréis ver una lista básica de obras de LIJ, pues aquí tenéis un... Canoncito... Para andar por casa.


viernes, 13 de noviembre de 2015

Antoniorrobles y "La bruja doña Paz"

En memoria de las víctimas de los terribles atentados de París. Para que triunfe la Paz. Zaragoza, viernes, 13 de noviembre de 2015

Antoniorrobles, seudónimo de Antonio Joaquín Robles Soler, nació en Robledo de Chavela, Madrid, en 1895. Era hijo de un médico rural. A los diez años su familia se trasladó a El Escorial, de manera que su infancia la pasó al lado del monasterio, "la octava maravilla" del mundo. Aunque escribió también para adultos, se le conoce sobre todo por sus obras de LIJ. Desde muy joven empezó a escribir y a colaborar con las revistas y los autores célebres de su tiempo: Ramón Gómez de la Serna, Eduardo Zamacois, Enrique Jardiel Poncela, Elena Fortún, Ramón Gaya...

Antoniorrobles defendió la causa de la República y, tras la Guerra civil, se exilió en México, donde obtuvo la cátedra de Literatura infantil en la Escuela Normal de Magisterio. En la capital azteca publicó muchos libros y participó en la radio, por lo que tuvo mucho éxito y fue bastante popular. En 1972 pudo volver a España y volvió a establecerse en El Escorial.

Su pueblo natal, Robledo de Chavela, tiene una biblioteca con su nombre. Y El Escorial le ha dedicado un colegio.

Algunas de sus obras son las siguientes:

Libros para adultos

1923 - Tres (Novela de pueblo).
1924 - El archipiélago de la muñequería (Novela en colores).
1927 - El muerto, su adulterio y la ironía (Novela de incertidumbre).
1929 - Novia, partido por dos (Novela de humor).
1932 - Torerito soberbio.
1933 - El muerto y su adulterio.
1969 - El violín de Don Matías.
1973 - Yo (Notas de vanidad ingenua) (memorias).
1981 - Los escalones de una vida (autobiografía).

Libros infantiles

1930 - 26 cuentos infantiles en orden alfabético
1931 - Cuentos de los juguetes vivos.
1935 - Hermanos monigotes (Visión alegre, amable y simple de las cosas de la vida).
1935 - Botón Rompetacones o la doble vuelta al mundo (novela para chicos).
1936 - Rompetacones y Azulita. 8 cuentos infantiles de la A a la H.
1939 - Aleluyas de Rompetacones (100 cuentos y una novela).
1960 - La bruja doña Paz (con ilustraciones de Asun Balzola).
1962 - Rompetacones y 100 cuentos más (Relatos de 10 minutos para el colegio y la radio).
1974 - Las tareas del ángel Gurriato.
1983 - El último dragón y la sombrerería.
1985 - El señor que se comió un mundo.



La bruja doña Paz es la historia de una brujita buena que no quiere hacer el mal a los demás; al contrario, solo desea que en el mundo no haya guerras y que triunfe la paz allá por donde ella pasa. La historia fue ilustrada por Asun Balzola, que unos años más tarde ganó el premio Nacional de Literatura Infantil. El libro fue premio por asociaciones internacionales como difusor de los valores del pacifismo.

RESUMEN:«Doña Paz había nacido bruja, pero ella no tenía la culpa», en un campanario tenebroso, lleno de murciélagos. Las demás brujas intentan que, como ellas, se aficione a la oscuridad, pero a Paz, desde pequeña, le gusta la luz. El ejemplo de Paz incluso convence a su madre, doña Quica, de que «es mejor vivir pacíficamente que andar siempre pensando en hacer el mal y asustar a las personas». En una de sus correrías, Paz conoce a seis chicos, Lucero y Girasol (amarillos), Chocolate y Jilguero (negros), y Violín y Clavel (blancos). Con ellos, trama un plan para poner fin a una guerra.


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jueves, 12 de noviembre de 2015

Asun Balzola y su "Historia de un erizo"

Este es un libro-álbum de 1978, el primero que Asun (1942-2006) escribió e ilustró. Hasta entonces ella había puesto en dibujos las palabras de otros, pero aquí se estrenó -y con buen pie- como autora-ilustradora, ganando el Premio Nacional de Literatura Infantil.

El erizo se despierta de su sueño invernal y quiere jugar con otros animales, pero al verlo tan puntiguado ni los patos, ni el ratón, ni la liebre... quieren jugar con él, hasta que...

En fin, un prodigio de sensibilidad.



En su carrera, Asun Balzola ilustró obras de Juan Ramón Jiménez, Elena Fortún, Montserrat del Amo, Antoniorrobles, Ana María Machado...

Es también autora e ilustradora de la serie de Munia: Munia y la lunaLos zapatos de Munia, Munia y la señora Piltronera, Munia y los hallazgos.

Balzola fue muy amiga de Mariasun Landa, con la que colaboró en varios libros. Su máxima era "Cuanto menos, más", y fue fiel a ese estilo de dibujo toda su vida.

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miércoles, 11 de noviembre de 2015

"Shola y los leones", una narración de Bernardo Atxaga


Shola y los leones (Madrid, S.M., col. El Barco de Vapor, +7 años) es la historia de una perrucha ratonera que durante un tiempo se cree leona, capaz de retar a todos y de acabar con cualquiera "en el último latido de su corazón". La historia de Bernardo Atxaga, aparentemente muy simple, con ilustraciones de Mikel Valverde, llena de ironía y humor, trata valores como la dualidad, la búsqueda de la identidad, la retractación, la relación hombre-animal...

La historia de Shola, muy cuidada, con ilustraciones próximas al cómic, es de 1995 y ha sido traducida al castellano por el propio autor, que suele escribir en euskera. Está entre los libros recomendados por la Fundación Germán Sánchez Rupérez. Hay otros títulos que forman la serie: Shola y los jabalíes, Shola y la tía de América, Shola y Angeliño, Shola cazando. También ha hecho una serie con otro personaje infantil, Bámbulo. Y es autor de la exitosa Memorias de una vaca (1992). En 2002 publicó su ensayo Alfabeto de literatura infantil.

Bernardo Atxaga, seudónimo de Joseba Irazu (Asteasu, Guipúzcoa, 1951) fue Premio Nacional de Literatura en 1989 con Obabakoak, En un lugar llamado Obaba. En 2005 Montxo Armendáriz hizo una adaptación cinematográfica de esta novela-antología de cuentos que ha sido traducida a más de 15 lenguas, con el título de Obaba.

Atxaga es miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca.


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domingo, 8 de noviembre de 2015

"Manolito Gafotas", de Elvira Lindo

Elvira Lindo nació en Cádiz en 1962 y pronto se fue a vivir a Madrid con su familia. Está casada con el escritor y académico Antonio Muñoz Molina. Su vida profesional ha girado en torno a la literatura y el periodismo. En 1998 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Los trapos sucios de Manolito Gafotas.

Manolito Gafotas (publicado en Alfaguara Juvenil, serie azul, desde 12 años) es un pequeño Nicolás a la española, un niño travieso y patoso que vive en el barrio madrileño de Carabanchel Alto con sus padres Manolo García y Catalina, su abuelo Nicolás y su hermano pequeño al que llama el Imbécil. El pequeño se ha convertido en uno de los personajes más famosos de la literatura infantil española actual. Protagoniza una serie de ocho títulos. De Manolito se han hecho dos películas y una serie de televisión, lo que ha aumentado enormemente su popularidad.


Vamos a transcribir aquí parte de un capítulo de Manolito Gafotas, donde se observan el humor, el uso del español coloquial, el tono conversacional que tiene la serie creada por Elvira Lindo:

“La Paz Mundial

Hace diez días con sus diez noches mi sita Asunción entró en la clase a las nueve en punto de la mañana, sin dejarnos esos cinco minutos que tenemos todos los días para echarnos en cara lo que nos hicimos los unos a los otros el día anterior.
            La sita Asunción tomó aire y casi todos bostezamos porque era muy temprano para aguntar uno de sus discursos. Nuestra sita dijo lo siguiente:
            -Este año quiero que preparemos el Carnaval como si fuera el último carnaval de nuestra vida. Vamos a presentarnos a un concurso de Eurovisión de disfraces que van a hacer en una discoteca de Carabanchel el próximo sábado. Van a presentarse niños de los colegios de todo el barrio y tenéis que demostrar al mundo que sois unos niños como Dios manda y no esos delincuentes que parecéis.
            No la dejamos acabar, se montó un mogollón en la clase que no veas. Yihad se levantó para decir:
            -Aviso: yo me voy a disfrazar de Supermán y lo digo para que no se disfrace nadie más de Supermán porque en esta galaxia Supermán sólo hay uno y ése soy yo y no quiero tener que partirme la cara con nadie. Repito: es un aviso.
            Entonces dice el Orejones:
            -¿Y de qué me disfrazo yo si sólo tengo el disfraz de Supermán y mi madre no me va a querer comprar otro?
            Y se empezó a oír un eco en toda la clase: «Y yo... y yo... y yo...», porque todos los niños tienen el mismo disfraz de Supermán por los siglos de los siglos.
            Yihad había avisado. Se tiró descontrolado a por el primero que pillara, porque a Yihad en esos momentos de alta tensión ambiental le da igual ocho que ochenta. No sé por qué tuvo que pillarme a mí; a lo mejor tiene razón mi madre cuando dice que siempre estoy en medio, como el jueves. Menos mal que soy un niño con reflejos y me defendí rápidamente:
            -No hace falta que me rompas las gafas esta vez, Yihad. Todo el mundo sabe que yo prefiero ser el Hombre Araña.
            Entonces salió un tío de mi clase diciendo que el Hombre Araña era él, y una niña que quería ser la Bella y pedía a gritos una Bestia... Así que, tal y como se habían puesto las cosas, no nos quedó más remedio que empezar a pegarnos, porque es la única forma que tenemos en mi clase de solucionar nues­tros problemas de convivencia.
            La sita Asunción, fuera de sus casillas, dio tres punterazos en la mesa y eso nos hizo acordarnos en masa de que estábamos en el colegio, en una clase y con una sita despiadada: la sita Asunción. Mi sita dice que da los punterazos en la mesa para desahogarse. En el fondo lo que a ella le gustaría sería darlos sobre cabezas humanas, lo que pasa que tiene la mala suerte de que ahora se lo prohíbe la Constitu­ción española. «Si no fuera por la Constitución -dice a veces mi sita Asunción-, ibais a estar más tiesos que unas velas del Santo Sepulcro.»
            Mi sita Asunción dijo que nada de supermanes, ni de hombres arañas, ni de bellas ni de bestias; que teníamos que demostrar a Carabanchel, a España, a Estados Unidos y al planeta Tierra que éramos unos niños buenas personas, que luchábamos por la paz del Mundo Mundial y que ella había pensado que nos íbamos a vestir los treinta niños bestias que somos de palomas de la paz.
            Si no hubiera sido porque la sita Asunción iba armada con su puntero y porque además es nuestra señorita y porque somos una pandilla de cobardes, le habríamos dicho a coro: «Anda vete, salmonete».
            Estábamos bastante desilusionados; había sido el chasco más grande de nuestra existencia. Nos quedamos muy callados; ya nada nos hacía ilusión en este mundo mundial. Entonces mi sita continuó:
            -El jurado, que es la Asociación de Vecinos, nos dará el primer premio, porque no hay jurado en España que se resista a dar el primer premio a treinta niños que van vestidos de palomas de la paz. Además nos llevaremos muchos regalos. Seremos por un día los símbolos de la paz mundial y nuestro grito de guerra hasta el sábado será: ¡Los vamos a machacar!
            Eso sí que nos gustó; con un grito de guerra como ése podíamos ir hasta el fin del mundo, íbamos a machacar a todos los niños de todos los colegios del barrio con nuestros trajes de superpalomas de la paz.
            Mi madre y las madres de los treinta niños bestias que somos nos hicieron esa semana los trajes de paloma con papel cebolla. Mi madre se quejaba bastante porque dice que, para mi sita, cualquier excusa es buena con tal de tenerla gastando dinero y trabajando. Que el disfraz de Hombre Araña ella me lo había comprado para no tener problemas hasta que yo hiciera la mili y me dieran el disfraz de soldado. Que cómo se hacía un disfraz de paloma y que paz era lo que ella necesitaba, mucha paz en una playa desierta de Benidorm y sin niños, que eso era para ella la paz mundial.
            Se quedó callada treinta milésimas de segundo y luego siguió protestando y diciendo que si no me estaba quieto jamás podría probarme, que conmigo hay que tener mucho cuidado porque los trajes por la cabeza nunca me entran. «Este niño -se refiere a mí- otra cosa no tendrá, pero nació con veinticinco dedos de frente.» Mi abuelo la consuela a ella y me consuela a mí diciendo:
            -Como Einstein. Todos los sabios han tenido siempre veinticinco dedos de frente.
            Al Imbécil le tuvo que hacer otro traje de paloma porque el Imbécil es culo-veo-culo-quiero, y como no le hagan el mismo disfraz que a mí ha cogido la costumbre de no comer y mi madre dice que un día se nos va a deshidratar. A mí me da igual que se deshidrate; el que se deshidrata hoy día es porque quiere. Ah, se siente.
            Total, que el día C -la C es por Concurso y por Carnaval- mi madre nos vistió con nuestros trajes de papel cebolla y nos dijo que nos fuéramos yendo para el colegio. A ella le gusta mucho ver que salimos vestidos de paz mundial y cogidos de la mano. No me preguntes por qué, nunca he podido explicármelo.
            Nos encontramos a la Luisa por la escalera y la Luisa va y nos dice:
            -Mira tu madre la maña que se ha dado para vestiros de pingüinos.
            Así que no tuve más remedio que agarrar al Imbécil y volver a subir a mi casa para decirle a mi madre que nosotros de pingüinos no queríamos salir a la calle, ni aunque fuera por la paz mundial. Mi madre nos dijo que la Luisa no sabía distinguir entre un pingüino de su marido y entre una paloma de su madre, y que fuéramos arreando para el colegio, que siempre tenemos que llegar tarde a todas partes.
            Por la calle una señora le dijo a otra:
            -Mira que pingüinos tan ricos, mujer.
            Pero ya no quise volver a casa porque mi madre en ciertos momentos de su vida se puede llegar a poner violenta y, al fin y al cabo, nosotros estábamos representando a la paz mundial.
            Cuando llegamos al colegio nos quedamos alucinados: en la puerta estaba Yihad vestido con unas plumas que parecía una gallina, estaba el Orejones que parecía un pavo, la Susana parecía un avestruz, Paquito Medina un pelícano, y así hasta treinta y tres. No había dos pájaros iguales. Bueno, sí, el Imbécil y yo: Esos pingüinos tan ricos.”
               (Elvira Lindo, Manolito Gafotas, Madrid, Alfaguara, 1994, pp. 103-107)




Más información:
  • Elvira Lindo, trabajo de Andrés Gavín. 2º Bachillerato AA. Curso 2014-2015.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Caperucita y el feminismo

El cuento de Caperucita ha conocido muchas versiones y también muchas interpretaciones a lo largo de la historia.

Desde posiciones feministas, tanto de la versión de los hermanos Grimm como de la de Perrault, se ha querido leer el cuento como la crónica de una violación, donde la víctima es presentada paradójicamente como la culpable, por ser la incitadora del lobo, ya que desobedece las reglas del recato y el decoro penetrando en el lugar prohibido, el bosque, el reducto del macho. Es Caperucita la que debe pagar por sus errores porque ha osado vulnerar el tabú, al desobedecer a su madre. El lobo devorador-violador es, así, presentado como un justiciero, un restaurador del orden social. O quizá como un pecador, un ser débil presa de los bajos instintos que ha despertado en él la seductora Caperucita. Pero no es tenido por un maleante. Por eso en algunas versiones se le procura un final menos dramático: el cazador-juez le castiga con una buena perdigonada a la altura de la cola, en lugar de matarlo o de abrir su vientre y sacar vivas de las entrañas del animal a la niña y su abuela. La sociedad machista perdona así al delincuente con una simple chapada en el culo. El violador no es más que un niño travieso al que hay, como mucho, que reconvenir, pues no está bien que haga travesuras, acaso un poco pesadas o subidas de tono.

Podemos pensar en una lectura excesiva, exagerada, del cuento tradicional por parte del feminismo, al que enseguida tendemos a calificar de "radical". Pero ciertamente esa sexualización precoz de las niñas y esa visión lasa de las pulsiones pedófilas, lejos de ser una cuestión anticuada o hiperbólica, "cosa de gentes anti-sistema", puede rastrearse en el mundo de hoy en algunas de las manifestaciones artísticas con más seguimiento por parte de la juventud actual: las canciones del pop.

Por ejemplo, en la conocida canción “Pequeña Carolina”, del grupo McClan, se cuenta la historia de una niña de doce años que desata los apetitos sexuales del cantante quien, cual lobo del cuento, quiere "devorarla":


La dulce niña Carolina,
no tiene edad para hacer el amor,
su madre la estará buscando
o eso es lo que creo yo.
No puedo echarla de mi casa,
me dice que no tiene donde dormir,
después se mete en mi cama,
esto es mucho para mí.
Esa va a ser mi ruina,
pequeña Carolina,
vete por favor.
Carolina, trátame bien,
no te rías de mí,
no me arranques la piel.
Carolina, trátame bien
o al final te tendré que comer.
No queda en la ciudad esquina,
tras la que yo me pueda esconder,
siempre aparece Carolina,
con algún tipo de interés.
La reina de las medicinas
que no se venden en farmacia legal,
vinagre para las heridas,
dulce azúcar al final.
El diablo está en mi vida,
pequeña Carolina,
vete por favor
Carolina, trátame bien,
no te rías de mí,
no me arranques la piel.
Carolina, trátame bien
o al final te tendré que comer.
Dulce niña Carolina

Es muy frecuente en las más nefastas muestras de la llamada "chick list" (lite para chicas), la fusión de dos arquetipos de la literatura universal: la Caperucita del cuento popular y la Lolita, pequeña nínfula seductora, de Vladimir Nabokov. El resultado es que se obliga a crecer antes de hora a las niñas, a las que no se deja gozar en plenitud de la "dulce infancia", y sobre todo que se las lanza a una carrera de competición para llamar la atención de los chicos y reduciendo así su horizonte vital al de ser "barbies" precoces: píntate las uñas, ponte sexy para él, ponte tops y algún escote, aprende a agradarle... La mujer solo es tal en la medida en que resulta femenina, y solo es femenina si resulta visible para el otro sexo. Las gafotas, las gorditas y, menos aun, las reivindicativas protofeministas, no ligan con los chicos. Sobre todo, no te hagas la intelectual.

La Carolina sexy de la canción resulta para el cantante de McClan, "La reina de las medicinas / que no se venden en farmacia legal, / vinagre para las heridas / dulce azúcar al final". Es decir, la dulce tentación de lo prohibido. Otra versión de la Manzana del Árbol del Bien y el Mal del Jardín del Edén, en la que tristemente descubrimos un Adán dominado por tentaciones pedófilas.

Más información:
  • Charles Perrault, trabajo de Miguel Ramos. 2º Bachillerato A. Curso 2015-2016.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

A vueltas con la intertextualidad

La intertextualidad es un concepto clave de la teoría literaria. Cada texto remite a otros textos anteriores y así forman una tupida red textual. Traemos aquí a colación ejemplos del que pasa por ser el cuento más breve del mundo, el de Augusto Monterroso, que dice "Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí". Partiendo de la idea de que este cuento ya pertenece al imaginario colectivo, he aquí otras versiones, con evidente carga social:


Más información:



"Selfie", "selfy" o autofoto

Véase la entra de Letr@herida http://lenguavempace.blogspot.com.es/2014/05/selfie-o-autofoto.html

martes, 3 de noviembre de 2015

El multiperspectivismo, en una canción

Una característica de los textos literarios es la plurisignificación, la riqueza interpretativa que poseen, el multiperspectivismo sobre el texto que permiten a los lectores.

Nada mejor que esta famosa canción de Pau Donés, líder del desaparecido grupo Jarabe de Palo, para reflexionar sobre las múltiples perspectivas que ofrecen los textos. Como la vida misma. Pasen y vean, y oigan: "Depende"



   Que el blanco sea blanco
y que el negro sea negro,
que uno y uno sean dos
porque exactos son los números,
depende.
   Que aquí estamos de prestao,
que el cielo está nublao,
que uno nace y luego muere
y este cuento se ha acabao
depende,
depende, ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende.
   Que bonito es el amor,
más que nunca en primavera,
que mañana sale el sol,
porque estamos en agosto,
depende.
   Que con el paso del tiempo
el vino se hace bueno,
que to lo que sube, baja
de abajo arriba y de arriba abajo,
depende,
depende, ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende.
Que no has conocido a nadie
que te bese como yo,
que no hay otro hombre en tu vida
que de ti se beneficie,
depende.
Y si quiere decir sí
cada vez que abres la boca,
que te hace muy feliz
que sea el día de tu boda,
depende,
depende, ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende.

En fin, que ya lo decía don Ramón de Campoamor, poeta asturiano nacido en Navia, en una de sus famosas Doloras:

"En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira".