(puedes ver más información en "Glosa, de Antonio Machado", http://lenguavempace.blogspot.com.es/2017/02/glosa-de-antonio-machado.html, en Letr@herida, blog de literatura)
1
Recuerda, si se te olvida,
que este mundo es poca cosa,
casi nada,
que venimos a la vida
con la sombra de una losa
no pagada.
Los días como conejos
nos llevan en ventolera
al infierno,
su curso nos hace viejos
trocando la primavera
en invierno.
2
El criador, con grande enojo,
cuando en la vida nos mete
y nos suelta,
para no quitarnos ojo
nos manda como un billete
de ida y vuelta.
Nacemos al desayuno,
comemos según vivimos
y cenamos
cuando parece oportuno,
por eso mientras dormimos
descansamos.
cuando en la vida nos mete
y nos suelta,
para no quitarnos ojo
nos manda como un billete
de ida y vuelta.
Nacemos al desayuno,
comemos según vivimos
y cenamos
cuando parece oportuno,
por eso mientras dormimos
descansamos.
3
Nuestras vidas son los sobres
que nos dan por trabajar,
que es el morir;
allí van todos los pobres
para dejarse explotar
y plusvalir;
allí los grandes caudales
nos engañan con halagos
y los chicos,
que explotando son iguales
las suspensiones de pagos
y los ricos.
que nos dan por trabajar,
que es el morir;
allí van todos los pobres
para dejarse explotar
y plusvalir;
allí los grandes caudales
nos engañan con halagos
y los chicos,
que explotando son iguales
las suspensiones de pagos
y los ricos.
4
Mas porque pase la vida
sin que podamos sacarla
de este pozo,
no la demos por perdida,
que es posible rescatarla
con el gozo.
Pues decidme, la hermosura
de esos dos labios tan bellos
y empapados,
cuando pierdan su ternura
¿qué se podrá hacer con ellos
disecados?
sin que podamos sacarla
de este pozo,
no la demos por perdida,
que es posible rescatarla
con el gozo.
Pues decidme, la hermosura
de esos dos labios tan bellos
y empapados,
cuando pierdan su ternura
¿qué se podrá hacer con ellos
disecados?
5 ¿Qué hace ahora pendulero, tan vacío y contrahecho, sin color, aquel órgano certero que se puso tan derecho en el amor? ¿Qué se hizo Marilyn? Aquellos Beatles de antaño, ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de tanto sinfín de galanes que en un año nos vendieron? 6 Y los tunos, los toreros, las cantantes de revista en el olvido; las folklóricas primero, el marqués y la corista ¿dónde han ido? ¿Dónde están los generales, sus medallas y su espada sin conciencia, sino esperando mortales a que les sea dictada su sentencia? 7 Y el ritmo de los roqueros, los canutos y la risa del pasota, los chorizos tironeros que han vivido tan deprisa y el drogota que se inyecta mil caballos por las venas, los colgados y el camello, ¿dónde iremos a buscallos, dónde son tan olvidados, qué fue de ellos? 8 Todo pasa, es aguanieve que se deshace en el suelo silenciosa, mientras que la vida llueve y se nos puebla de duelo cuando acosa, nos apremia con su mano y con sus ojos nos niega torpemente, el corazón de un hermano, la presencia de un colega diferente. 9 Recuerdo que atardecía, recuerdo que vi su coche detenerse, recuerdo la compañía de sus ojos en la noche, sin saberse tras la boca de un gatillo que esperaba tembloroso y asesino, meterse por un pasillo de aquel corazón dudoso y su destino. 10 Y recuerdo la culebra de la vida, fría, inerte por su cara, empapado de ginebra, esperando que la muerte lo besara. Se lo llevó con desgana la canción de una ambulancia malherida, las grúas de la mañana recogieron su arrogancia, ya sin vida. 11 Camarada de su gente, ¡qué pantera en el coraje por nosotros! ¡Qué canalla adolescente! ¡Qué enemigo tan salvaje con los otros! Y para el valor, ¡qué fiero! ¡Qué destreza de alimañas! ¡Qué razón! Para el amor marinero, gobernando en sus pestañas la pasión. 12 No dejó ningún tesoro, dos jeringas en el suelo sin sentido, su navaja en deterioro, su gabán de terciopelo descosido. Pero estuvo en la ciudad y acaudilló los suburbios con la suerte, y habló de la libertad hasta ver los ojos turbios de la muerte. 13 Y porque fue capitán de camadas y patrullas sin juicio, porque ya no nacerán dos manos como las suyas para el vicio, porque jamás nos vendió y mordimos el anzuelo de su historia, aunque la vida perdió dejónos harto consuelo su memoria. Luis García Montero. Poesía (1980-2005) . Barcelona: Tusquets, 2006 |
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