martes, 19 de septiembre de 2017

"Caminaditos", un libro de poesía para niños y grandes


Caminaditos, de María Cristina Ramos, ilustrado por Elisa Arguilé, es un libro de poesía para niños. Rimas sencillas y pegadizas, dibujos muy sugerentes, hacen del libro un producto muy original. El libro se remite al tópico del "homo viator", el hombre viajero. Todos pasamos por la vida, "haciendo camino al andar", como decía don Antonio Machado.


Caminaditos trata sobre criaturas que caminan por el mundo, a ritmos muy distintos y con ritmos musicales muy variados. Se trata de pequeñas historias, que se desarrollan en un instante. Un momento detenido en el caminar de perros, bichitos, loros, culebras y Juanitos…Versos breves y sonoros, con humor, y de fondo, una mirada amorosa hacia todo lo que se mueve, hacia lo vivo.


Elisa Arguilé ha leído el libro  y lo ha ilustrado con ternura e ironía: todos van a pie, y solo uno va en coche y es el que ve a todos lo que caminan afanosos, él se encuentra con todos y termina este caminaditos muy cansado…de mirar y conducir.


La editorial tiene un nombre muy poético: Cuatro Azules, especializada en libros infantiles, dará mucho que hablar, con proyectos tan sugerentes como este.


CAMINADITO DE LOS JUANES
Caminaba Juan,
caminaba Juana, 
todos los Juanitos,
que habían nacido
bajo de una piedra,
todos chiquititos.
Todas las mañanas
dibujaban soles
para sus caminos,
que eran siempre largos,
empezaban calmos
seguían tranquilos.
Todos los Juanitos,
caminaba Juan,
caminaba Juana,
jugando a la sombra
de los matorrales
de la mejorana.
Se enfermó un Juanito
y se fue de boca
sobre oscura piedra;
le alcanzaron agua
y una cataplasma
con hojas de hiedra.
Le subió la fiebre,
le subió el silencio,
le bajó la escarcha,
todos caminaron
hasta una salita
con urgente marcha.
Lo atendió un Juanote,
que usaba una lupa
y anteojos de aumento,
y lo vio muy grande
para haber nacido
el último invierno.
Le dio una pizquita
de ruda marchita
para el mal de ojos,
dijo que cumplieran
todos sus deseos,
todos sus antojos.
Y como lloraban
todos los Juanitos
por el indispuesto,
a aquel le brotaron
nuevos corazones
que eran sus repuestos.
Iban de regreso
los Juanes más grandes,
los Juanes pequeños;
yo los vi pasar
mientras caminaba
caminos costeños.
Caminaba Juan,
caminaba Juana,
todos los Juanitos,
que habían nacido
bajo de una piedra
todos chiquititos.


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